Claudio Lozano, ¿por qué insistir?

Entrevista para Coyunturas

¿Cómo definirías lo que está pasando en economía, en política local y en geopolítica?

Bueno, lo primero a decir en términos generales es que a comienzos de octubre estábamos en presencia de un gobierno terminado, un gobierno que vivía una nueva crisis de deuda reflejada en concreto en el hecho objetivo de no tener en el marco de la lógica que impone la política Miley la capacidad de acumulación de divisas, tener reservas de carácter negativo y, al mismo tiempo, tener un frontón de vencimientos de deuda para los años 26 y 27 absolutamente inabordables en ese contexto de crisis de deuda, que por supuesto se refleja en las presiones cambiarias, en las demandas de devaluación y en la ayuda de las tasas de interés como mecanismo para controlar dicha situación y profundizando el cuadro recesivo. Ese contexto convive con una crisis política en donde aparecen los distintos componentes de los problemas más evidentes que el gobierno ha evidenciado en términos de asociación ilícita en la estafa de la crypto Libra, en términos de niveles de corrupción que ingresan en el territorio de lo inaceptable cuando esto aparece asociado a la discusión de los fondos que en todo caso estaban en discusión respecto al tema de la discapacidad, y junto con esto también los vínculos cada vez más claros con el tema del narco y del lavado de dinero, cuestiones que de alguna manera rememoran varias de las políticas que el gobierno ha anunciado y algunas logró aplicar, como el blanqueo, pasando por distintos mecanismos que relajaron el control de los movimientos de dinero en Argentina. Pero el tema del vínculo con el narco, materializado en la situación de Espert , también con impactos en relación a un socio del gobierno como ha sido el gobernador Weretilneck y su gabinete, a la mujer del gobernador (Andre Confini) nombrada en YPF (cobrando 70 mil dólares por mes), al tema de una de las candidatas de la Libertad Avanza dentro de la provincia de Río Negro (Lorena Villaverde, detenida en EEUU con medio kilo de cocaína, vinculada también a Machado), etcétera. Todo esto que además también en los últimos momentos aparece también asociado a la propia Patricia Bullrich, informada del caso Machado desde hace ya demasiado tiempo y aparentemente con vínculos con fondos ligados a una empresa, lácteos Vidal, que efectivamente también mantenía vínculos con el movimiento de dinero que manejaba este Federico Fredd Machado. Todo ese combo político acelerado al extremo por la paliza electoral del 7 de septiembre,  y por el rechazo en términos parlamentarios de los vetos de Miley, lo cual demostraba la ruptura de la precaria gobernabilidad que el gobierno había construido, ese combo que combina un cuadro recesivo con una situación en materia de ingreso francamente lamentable en donde prácticamente el 50% de los hogares transita entre la indigencia y la pobreza y el 70% no llega a fin de mes, en ese contexto es que el comienzo de octubre se dio con un gobierno terminado y con una búsqueda desesperada de salvación de esta situación que adopta la forma de una suerte de casi propuesta de anexión colonial por los Estados Unidos, en la relación con el ministro de economía  norteamericano Scott Bessent y el propio presidente Donald Trum. Anexión colonial que supone tratar de buscar mecanismos para sostener lo que de alguna manera se estaba cayendo a pedazos en materia económica o iba a volar por los aires a los efectos de poder estar en condiciones de garantizar la hoja de ruta de transformaciones regresivas acordadas con el Fondo Monetario Internacional y que incluyen la reforma laboral centrada básicamente en el tema de terminar con la ultractividad de los convenios y al mismo tiempo, llevar adelante un mecanismo donde los despidos queden a cargo de los trabajadores y no de los empresarios. Acompañado esto por una reforma previsional que indudablemente implicaría modificaciones hacia arriba en la edad jubilatoria, seguramente un cambio en cómo se van a computar los haberes… En fin, encontrar condiciones de respaldo a la política económica que permitan garantizar el salvataje de quienes están posicionados con bonos de deuda de la Argentina y sobre esa base garantizar el marco para que la hoja de ruta trazada por el Fondo Monetario que supone las regresivas reformas laboral, previsional e impositiva que está previstas para el año 26 se puedan llevar adelante acompañadas de los condicionamientos geopolíticos que las relaciones con el tesoro traerían asociadas. Ponen en cuestión el desarrollo nuclear, la cuestión de la explotación del uranio, el tema de la explotación del litio, la relación respecto a YPF y Vaca Muerta, el tema del control sobre la hidrovía por parte de los Estados Unidos, el tema del Canal bioceánico con la base militar prevista con los norteamericanos en Ushuaia y el acceso al continente Antártico, es decir todo un conjunto de cuestiones de distinto tenor que obviamente suponen una integración subordinada a los Estados Unidos en el marco de la disputa que tienen con China, en la actual situación mundial. Tratan así de exponer límites que frenen la influencia arto compleja de China, por tratarse nuestro país de un país que tiene relaciones de complementariedad económica con China muy importantes, al revés de las que tiene en términos de competencia con los Estados Unidos. En este sentido, la solución a ese gobierno terminado que teníamos ya a comienzos de octubre, se piensa en una suerte de Estado asociado, anexión Colonial a los Estados Unidos como marco para reconstituir la gobernabilidad precaria que en todo caso tenía el gobierno hasta hace unos meses con todas aquellas fuerzas y gobernadores que se prestaron a ser cómplices de Miley estos dos años, ahora incorporando a la hoja de ruta del FMI, con condicionamientos políticos que ponen en juego la capacidad soberana misma de la Argentina.

 

¿Cómo evaluás la actitud de la oposición colaboracionista y de la oposición más cercana a tu trayectoria y tu pensamiento?

Diría que la oposición dialoguista y más conservadora lo que hace es ratificar su compromiso con la hoja de ruta acordada con el Fondo Monetario Internacional, y me refiero con eso en general a todo el espacio asociado a lo que configuran los gobernadores de “Provincias Unidas” que miran con una evaluación de carácter positivo el apoyo norteamericano, entre comillas “apoyo”. Mientras tanto, lo cierto es que la fuerza más importante de oposición que sería Fuerza Patria mantiene niveles de contradicción interna lo suficientemente importantes que hacen que el tipo de línea que termina primando allí es una línea de indefinición en lugar de profundizar la crítica para terminar con el gobierno, repudiando la injerencia norteamericana y convocando a una movilización popular para repudiar en la calle este intento de injerencia norteamericana sobre la política Argentina. Entonces, en lugar de tomar el planteo del juicio político para avanzar sobre el deterioro general de la imagen del gobierno, en realidad más bien mantiene una actitud mucho más cautelosa, de espera… Los niveles de confrontación no están en línea con la magnitud de esta estrategia gubernamental que nos lleva a una suerte de anexión colonial con los Estados Unidos; prácticamente hay una línea interna de Fuerza Patria donde no se puede hablar del juicio político, como si no existieran causales suficientes; hay un planteo que sigue asociando el tema del juicio político una actitud “golpista” cuando se trata de un recurso institucional previsto por la Constitución. En cambio, se genera una suerte de fantasía donde Villarruel tomaría el poder cuando, en realidad, una vez golpeado el gobierno, quedaría absolutamente debilitada e incapaz de poder sostener nada, y cuando lo que habría que hacer acá es garantizar un momento de transición que no debería llevar más de dos meses convocando elecciones anticipadas para un nuevo gobierno nacional; esta sería la solución institucional en el marco del cuestionamiento a esta especie de anexión colonial que se presenta como solución a los problemas que tenemos. Esta barbaridad que además de incrementar nuestro nivel de endeudamiento, limita nuestras capacidades internas para poder ejercer un gobierno soberano de aquí para adelante Hay una situación de vacilación y de contradicción, no hay definiciones claras en la oposición e incluso ni siquiera son contundentes las apariciones públicas de las principales referencias opositoras respecto a que esto que se está haciendo con los Estados Unidos y que supone niveles de injerencia monumentales propias de un acuerdo entre Estados que no puede existir sin que, en todo caso, pase por el Congreso Nacional. Estamos viviendo como algo natural que un estado que es una potencia a nivel mundial intervenga en la política cambiaria con la relevancia que la política cambiaria tiene para nuestro país. Por detrás de la hoja de ruta del Fondo y por detrás de una intervención norteamericana de esta naturaleza lo que hay es un escenario de mayor destrucción productiva de la Argentina y de mayor consolidación de una salida extractivista. En ese escenario yo diría que un gobierno ya terminado desde comienzos de octubre en el marco de este comportamiento doble de una oposición complaciente que se abre a respaldar el apoyo norteamericano y otra que si lo cuestiona lo hace con vacilaciones, contradicciones y sin avanzar, obviamente ha habido cierto oxígeno para un gobierno que estaba absolutamente golpeado… oxígeno que seguramente se va a poner en cuestión con los resultados electorales del 26 de octubre

¿Qué pensás que hay que hacer? ¿Qué se puede hacer para no repetir la experiencia del Frente de Todos que es a lo que huele la lista del PJ (Unión por la Patria) en la Ciudad?

La característica del Frente de Todos es que fue una coalición para ganar la elección y no una coalición política para gobernar. La diferencia sustancial entre una y otra es que una coalición electoral agrega actores más allá de los proyectos que estos actores sostengan y, de hecho, objetivamente había al interior del Frente de Todos proyectos contradictorios que se expresaron dando lugar a una interna a cielo abierto que hizo que el gobierno ingresara en una suerte de parálisis que no le permitió gobernar como debía. Y en segundo lugar, terminó preso de esas contradicciones que lo llevaron a terminar validando las posiciones más conservadoras, concretamente aquellas que sostuvieron la necesidad del acuerdo con el fondo que puso el límite fatal para el Frente de Todos de no poder promover ninguna política seria de redistribución de los ingresos y de recomposición de las condiciones de vida del pueblo argentino que era la urgente necesidad que se abría luego de lo que había producido Macri y, ni qué hablar, luego de la experiencia de la pandemia. La característica de una coalición electoral es que agrega proyectos contradictorios y, a la vez, en este caso sin ningún tipo de institucionalidad que permitiera dirimir los proyectos existentes adentro de esa coalición. O sea, no había marcos institucionales que permitieran dirimir esto lo cual implicó el loteo de la gestión del gobierno, el loteo de los ministerios y, consecuentemente, obstruyó, obstaculizó cualquier posibilidad de una gestión razonable. Lo que hay que hacer no es una coalición solo para ganar una elección, hay que tomar en cuenta que hay que gobernar una vez que se gana y, por lo tanto, tiene que estar incluida en la idea de la construcción política que se lleva adelante la idea de que hay que gobernar y que hay que gobernar para replantear la orientación y el horizonte extractivista que el predominio del capital financiero y de la deuda vienen imponiendo en la Argentina en el marco de las últimas cinco décadas, poniéndole límites una y otra vez y consolidando el rumbo incluso en el marco de los propios gobiernos populares. De hecho, cuando nosotros cuestionamos el acuerdo con el Fondo y la validación de la estafa macrista, tuvimos una absoluta soledad en el marco de lo que fue la experiencia del gobierno del Frente de Todos, sobre todo al comienzo, cuando se percibía que la orientación del ministro Guzmán en una orientación “progresista”, mientras que en la práctica comenzó asumiendo que tenía que mostrar una actitud amigable con el capital y el Fondo para poder lograr buenos objetivos cuando la verdad es que no se trata de repetir eso una y otra vez. No hay un Fondo Monetario bueno, no hay capitales buenos, hay necesidad de entender el carácter que adopta el endeudamiento como forma de dominación, pero puntualmente en el marco de la actual etapa del mundo donde el endeudamiento y el Fondo Monetario forman parte de las condiciones de dominación de los Estados Unidos sobre América Latina y puntualmente en el intento tener control sobre el rumbo de la Argentina para evitar la profundización de nuestros vínculos con China habida cuenta de las relaciones de complementariedad que la Argentina tiene con la potencia asiática. En ese marco claramente el acuerdo con el Fondo, desde Macri para acá no es simplemente un acuerdo de carácter financiero, es un acuerdo con componentes claramente geopolíticos que, por cierto, ahora desde Miley para acá y en el marco de del vínculo con el tesoro norteamericano y esta suerte de anexión colonial ya aparece de manera desembosada tomando la forma que efectivamente siempre tuvo. Por lo tanto el abordaje que hay que hacer de esto no es un abordaje financiero, es un abordaje político, jurídico que debe pararse con claridad desde la perspectiva de la ilegitimidad y de la ilegalidad del endeudamiento en nuestro país, pero lo que digo es el replanteo del horizonte extractivista y de la deuda que se impone en la Argentina a partir del respeto que se tiene a las condiciones del extractivismo. El endeudamiento es lo que hay que poner en cuestión y, por lo tanto, hay que ser capaces de articular aquellos actores sociales y políticos que van tomando definiciones en este sentido y, al mismo tiempo, hay que tener definiciones claras en este planteo lo cual implica el norte productivo de la Argentina, el tema de corrernos de la idea de que la gran minería a cielo abierto y Vaca Muerta son los mecanismos para resolver la restricción externa como si de la mano de ellos no vinieran también mecanismos de apertura general que implican ingresos de importaciones que implican formación de activos en el exterior, que implican extranjerización y remisión de utilidades al exterior… Con la sojización ya vimos que esos altos exportadores de la Argentina no devienen naturalmente en un escenario mejor para la construcción de una y una sociedad diferente y más igualitaria como la que efectivamente necesitamos. Qué tal cosa ocurra supone un conjunto de políticas que casualmente disciplinen a aquellos actores que están comprometidos con el horizonte que marca el capital financiero y el extractivismo al palo, así como el aumento de la deuda pública. En ese marco, lo que se requiere es articular los actores sociales que están asociados a este tipo de gesta popular que hay que llevar adelante y obviamente hay que tener un frente con marcos institucionales y democráticos para dirimir sus contradicciones, es decir, no podemos seguir con internas que se resuelven sobre la base de una cultura de la rosca a espaldas de la sociedad sin involucrarla convocando internas abiertas donde la democratización sea la clave para definir los proyectos y para definir quiénes son los candidatos y las representaciones que puedan, en todo caso, favorecer llevarlas adelante. El tema de armar una coalición para gobernar supone acuerdos políticos y democracia interna y un discurso diferente que requiere entender que el triunfo de Miley supone el ocaso de algunas nociones centrales: la primera, la idea de seguir hablándole a los trabajadores como si los trabajadores con derechos siguieran siendo los sujetos principales del pueblo argentino, cuando está claro que el empleo protegido y asalariado hoy ya no es dominante en la Argentina y que, consecuentemente, el debate sobre la universalidad el Ingreso Básico Universal, los tiempos de trabajo, la discusión sobre la jornada laboral como forma de sobreexplotación, la discusión de la reducción de los tiempos de trabajo en el marco del cambio tecnológico, la rotación entre empleo y formación y la creación de áreas de economía pública y social que garanticen empleo en el marco de las de las inversiones sociales que la Argentina tiene que llevar adelante para terminar con la pobreza y garantizar un horizonte que redespliegue la población en el territorio… Segundo: la necesidad de otro Estado, un Estado que rompa con la impotencia frente a la clase dominante, el Estado que necesitamos para poder disciplinar los comportamientos de los principales capitales, abrir la puerta a un horizonte que combine el bienestar de la comunidad con un norte productivo, que fundado en la sustitución de importaciones pueda pensar una nueva estrategia de industrialización de la Argentina. Tercero: la democracia también aparece cuestionada por lo menos bajo su forma de representación y, consecuentemente, el tema de crear una nueva institucionalidad abierta con mecanismos de participación directa son claves también de un discurso diferente, así que necesitamos una coalición para gobernar, y esa coalición tiene que replantear la orientación extractivista y endeudamiento; eso supone disciplinar a la clase dominante e implica este hablarle a la comunidad porque solamente los trabajadores protegidos ya son una minoría en la sociedad Argentina; hablar al común supone otro Estado y una nueva institucionalidad

¿Por qué te presentás como candidato a diputado? ¿Por qué insistir?

Soy parte de una experiencia política más amplia que supone intervenciones en el campo de las organizaciones populares y también en el campo institucional, y estamos convencidos de que hay un ciclo político que terminó en el 2023, un ciclo político que se había abierto en el marco de los acontecimientos populares de 2001, un ciclo político que puso en cuestión el horizonte neoliberal en Argentina, pero las estrategias populares, tanto las que gobernaron, como las que en todo caso participamos minoritariamente en algún gobierno o estuvimos por fuera de ellos señalando de manera crítica algunas cuestiones, todas las estrategias populares fueron derrotadas por el triunfo de Miley. Consecuentemente, entendemos que se abre, a partir de ese de esa derrota, una discusión que es la que tiene que permitirnos un nuevo discurso, nuevas propuestas, nuevos desarrollos organizativos que permitan dar cuenta del momento en el que estamos y que permitan frenar lo que está ocurriendo con esta suerte de anexión colonial a los Estados Unidos y, de la manera más urgente posible, abrirle la puerta una nueva estrategia política para un horizonte de mayor emancipación. Estamos en un nuevo tiempo que obliga a jugar en todos los campos, en el campo del desarrollo político organizativo y también en el campo institucional. Con ese objetivo proponemos una lista de diputados, de compañeras y de compañeros, en todos los casos comprometidos con la defensa de los derechos de trabajadores, PyMEs, cooperativas, mujeres, ambiente, inquilinos, migrantes, pueblos originarios, etc. Todas y todos comprometidos con la defensa de derechos, todos con trayecto, con compromiso y con conducta, conscientes y sabiendo que el parlamento debe ser la casa del pueblo donde se discutan los derechos del pueblo y no una escribanía al servicio del poder del Fondo o de los Estados Unidos; y conscientes a su vez de que estamos ante un desafío nuevo, un nuevo tiempo que incluso necesita de una nueva síntesis político cultural. Es imprescindible mixturar la experiencia de las culturas peronista y radical, como la experiencia otros movimientos populares, una experiencia de las distintas formas de izquierda, y es imprescindible incorporar en esas matrices también el aporte que hoy hace el ambientalismo, así como también el feminismo; se necesita una nueva construcción político cultural en la Argentina para dar cuenta de este tiempo del mundo y de este tiempo de nuestra de nuestra sociedad. Para aportar a todo eso, vale la pena insistir.

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