Blaquier: autopsia de una muerte impune (y condolencias para los desaparecidos de Ledesma).

Por AREA DE CUPULA ECONOMICA DEL IPYPP –

Carlos Pedro Blaquier: el azúcar y la política

Ledesma es un grupo económico propiedad de la familia Blaquier cuya empresa principal es Ledesma SAAI (que data de 1914), ubicada en la ciudad de Libertador General San Martín (ex Ledesma) en Jujuy. Cuando la empresa adquirió la forma societaria que llega hasta nuestros días, el dueño era Enrique Wollmann. Wollmann falleció en 1927 y se hizo cargo de la firma su yerno, Herminio Arrieta. La hija de Herminio Arrieta (Nelly) se casó con Carlos Pedro Blaquier, quien condujo la empresa desde 1970 hasta su retiro en 2013, cuando cedió la presidencia a su hijo Carlos Herminio Blaquier Arrieta.

La producción de azúcar de caña fue realizada en ingenios de Jujuy y Salta, en sus orígenes y hasta bien entrado el siglo pasado, por obreros temporarios de origen campesino e indígena (de la puna y del Gran Chaco) que trabajaban en condiciones deplorables de contratación, ingresos y trato, y eran reclutados con apoyo del ejército (resabios de leva y papeleta de conchabo combinadas). “En los meses de la cosecha de la caña, el ejército montaba un cuartel en la zona de los ingenios para asegurar “el buen comportamiento indígena”, es decir, dejarse explotar brutalmente sin derecho a protesta, siendo además, estos agentes del Estado, los garantes de la permanencia de los indígenas en la zafra, ya que aquellos que huían hacia el monte eran traídos nuevamente por el ejército hacia el ingenio” (Ogando, Ariel, Herramienta Nº 7). Otra forma de reclutamiento contaba con la colaboración del encargado del almacén de ramos generales –en general, propiedad del dueño del ingenio– con el que los indígenas y campesinos se endeudaban y que, para saldar las cuentas, eran llevados por la fuerza a trabajar en la cosecha de la caña.

A diferencia de los ingenios de Tucumán que desarrollaron el cultivo de la caña como un cultivo social con participación de pequeños productores, junto a no pocos propietarios de la tierra, los ingenios de Salta y Jujuy (en particular Ledesma y Esperanza) se caracterizaron por una alta concentración de la propiedad de la tierra.

El vínculo entre empresarios del azúcar y la política ha sido ampliamente probado en numerosos estudios. De hecho, en Jujuy tanto el mercado central y buena parte de la pavimentación de las calles céntricas, como la casa de Gobierno, se realizaron con aportes de los dueños de los ingenios. Esos aportes estaban atados a exenciones impositivas, congelamiento de otros tributos, créditos, rebaja de aranceles aduaneros y la financiación de obras de infraestructura.   

Otra forma de vinculación con la política es la incursión en los poderes legislativos de integrantes de las familias oligárquicas. Herminio Arrieta fue diputado nacional por Jujuy entre los años 1934 y 1938; y senador entre los años 1938 y 1943. Además, condujo el Partido Conservador local, denominado Partido Popular, durante la década del 30. A su vez, los empresarios del azúcar encumbraban como candidatos a personas que trabajaban en los ingenios (contratistas, médicos, entre otros).

A partir de mediados del siglo XX se sumó a la mano de obra complementaria que llegaba para la cosecha, una estructura de trabajadores estables en torno al ingenio. Esto configuró un sistema fabril con villa obrera en el cual la compañía genera la infraestructura de vivienda, salud, educación y esparcimiento para los trabajadores y sus familias, a la vez que ejercía un control absoluto de su actividad política y social.

Hacia 1970, los trabajadores seguían cobrando en bonos, pero el ingenio contaba con 15.000 trabajadores que comenzaron a organizarse en forma clandestina y en 1972 realizaron la primera huelga. En un clima de efervescencia que se alimentó con años de proscripción de Perón, la sucesión de dictaduras y las malas pagas, entre otros factores, se generó un proceso de resistencia obrera a la tiranía de los dueños del ingenio. En ese proceso cumplió un papel importante la Corriente Clasista que tuvo raigambre en muchos lugares del país y en Jujuy creó, junto a distintas vertientes de la militancia sindical, el Grupo de Obreros de Ledesma. La zafra implicaba una gran concentración de trabajadores que generaba recelos en los dueños de los ingenios; lo que indujo la mecanización como contrapeso a una resistencia obrera explícita y cada vez más evidente.

Además del avance tecnológico que implicó el inicio del disciplinamiento, la dictadura fue el gran paraguas que le permitió a los empresarios del azúcar terminar con el “problema obrero” con total impunidad. En el caso de Jujuy, la compañía Minera El Aguilar prestó sus vehículos para el secuestro y persecución de activistas sindicales y el Ingenio Ledesma cedió tanto sus vehículos como sus galpones para la persecución y virtual eliminación de toda la dirigencia sindical comprometida con los trabajadores, los activistas políticos y los militantes populares que se oponían al manejo autoritario de los empresarios del azúcar. Así, los procesos de recuperación salarial que se habían iniciado hacia 1970 y llegaron hasta 1975 gracias a la organización y la lucha sindical fueron revertidos por el Golpe de 1976 que llevaron adelante el Ejército, la policía provincial y Federal, con la colaboración de muchos empresarios –como el propio Blaquier– retomando los niveles de explotación existentes muchas décadas atrás.

El principal hecho represivo se conoce como la Noche del apagón, que consistió en una serie de cortes de suministro eléctrico de la usina de Libertador General San Martín, iniciados el día 20 de julio y que continuaron hasta el 27 de julio de 1976, producidos intencionalmente para capturar a unas cuatrocientas personas (estudiantes, trabajadores, militantes políticos o sociales, sindicalistas y activistas de todo tipo). Todos los apresados fueron mantenidos cautivos, atados y encapuchados en forma clandestina en los galpones del ingenio Ledesma, en comisarías y luego derivados a otros centros de detención del país. De esos detenidos, 55 personas permanecen desaparecidas.

Tras años de impunidad y de seguir gozando del prestigio del poder económico y político, el 26 de abril de 2012 el fiscal federal de la provincia de Jujuy, Domingo Batule mandó a realizar dos allanamientos en dependencias de la empresa; el fiscal ordenó la indagatoria de Carlos Pedro Blaquier (quien era presidente del ingenio Ledesma en 1976), siendo citado para declarar el 17 de mayo​ en el marco de una causa donde se investigan violaciones a los derechos humanos ocurridos durante la dictadura. Blaquier adujo su inocencia.

Sin embargo, fue procesado el 16 de noviembre de 2012 como cómplice en primer grado de la privación ilegal de la libertad agravada de 29 personas. Además, fue procesado el gerente administrativo de la empresa Ledesma, Alberto Lemos, en calidad de partícipe secundario. El auto de procesamiento también mencionaba las relaciones de Blaquier con Martínez de Hoz, los créditos que beneficiaron a Ledesma y las políticas de liquidación de los ingenios azucareros del norte del país que habrían servido para concentrar la industria en Salta y en Jujuy. En marzo de 2015 la Cámara Federal de Casación Penal, por unanimidad, revocó los procesamientos de Carlos Pedro Blaquier y Alberto Lemos, y dictó la falta de mérito de ambos. En julio de 2021 la Corte Suprema revocó la decisión de la Cámara Federal de Casación y reactivó el procesamiento de Blaquier. En esa resolución tres de los jueces de la Corte Suprema (Rossatti, Maqueda y Highton de Nolasco) criticaron el accionar de la Cámara Federal acusándola de haber obstaculizado indebidamente la causa. Rosenkrantz entendió que la falta de mérito de la Sala IV era un estadio provisorio y que no impidió que las investigaciones continuaran. Lorenzetti no participó del dictamen. El fallecimiento de Carlos Pedro Blaquier el día 13 de marzo de 2023 lo encontró sin haber sido juzgado por los crímenes cometidos bajo dictadura con su complicidad y apoyo.

Ledesma hoy 

La empresa tiene domicilio legal en Avenida Corrientes 415, Piso 8°, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La actividad principal de la sociedad es “Ingenio azucarero, destilería de alcohol, fabricación de papel y artículos de librería, producción de frutas y jugos, agricultura y ganadería”. Ledesma SAAI ocupa alrededor de 7 mil trabajadores mientras que Libertador General San Martín tiene 93.000 habitantes. Debe mencionarse que el personal se redujo a la mitad del existente a inicios de los años setenta.

Los dueños de la empresa principal son todos de apellido Blaquier (María Elena, Carlos Herminio, Alejandro, Santiago, Ignacio) y poseen el 90,45% de las acciones de Ledesma. Esa firma controla 7 empresas y participa con porciones menores de acciones en varias otras.

Ledesma: Empresas controladas o vinculadas, acciones, actividad, patrimonio y sede.

 Fuente: Estados contables Ledesma SAAI

La Biznaga es la firma agropecuaria titular de 51.429 hectáreas distribuidas en establecimientos de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Salta. En la estancia Centella de Entre Ríos la firma dispone de 4.000 hectáreas como área natural. En Jujuy y salta se encuentras las quitas Ledesma con plantaciones de naranja, pomelo y limón; producción que abastece la fábrica de jugos y aceites ubicada en Libertador General San Martín. Nótese que los Blaquier siguen teniendo participación en las cooperativas eléctricas de varias ciudades donde están radicadas las empresas, tal como ocurría en 1976 en Libertador General San Martín.  Podemos decir que Ledesma mantiene muchas de las características que tenía hace más de cien años cuando se creó: creció a costa de la explotación de las poblaciones campesinas e indígenas aledañas al ingenio y de la asistencia del Estado en todos sus niveles; sus  dueños tuvieron siempre un trato preferencial desde el Estado con sistemáticas transferencias de recursos; la clase obrera que se organizó en la firma fue diezmada por el accionar de la dictadura y del empresariado azucarero; los actos ilícitos que se probaron contra Blaquier no llegaron a la instancia de condena. A su vez, una parte significativa de los dirigentes políticos de la derecha ha contado con el apoyo incondicional del patriarca del azúcar, tal como pudo apreciarse en los numerosos avisos fúnebres en que, políticos como Macri, Larreta y otros lamentaron su muerte y manifestaron “cariño” con la familia. Como contraparte, tanto las organizaciones de Derechos Humanos, como buena parte de la sociedad llevan cuarenta y siete años reclamando verdad y justicia para hacer de la democracia una realidad concreta.

Foto: Ledesma, Fuente Sol de noche (documental)