Conociendo a Milei

Por LUIS LEA PLACE (ensayista, investigador de los fenómenos post-fordistas. Autor de Riqueza sin valor. Transición al postcapitalismo, co-autor de Fragmentos del Rizoma. Perfil multifacético de la multitud (junto a Pedro Cazes Camarero).

Se hace muy difícil comprender los nuevos fenómenos post-fordistas desde viejos paradigmas del siglo XX

Mutación de la subjetividad

Milei es multifacético y sus rasgos están solapados.  Sólo se los pueden percibir conjugándolos en  relación a las modificaciones de la subjetividad de la población argentina.

La lógica digital liberó la multiplicidad del pensamiento en el conjunto de las personas, antes la visión polisémica de la materia social era privativa del intelectual orgánico, tenía el poder de la interpretación, el resto de las personas delegaban su pensamiento en ellos.

Ahora todas las personas -en un desarrollo desigual– se encuentran en una mutación de su subjetividad, que transita el recorrido desde delegar su pensamiento en otra persona u organización hacia tratar de ejercer su propio intelecto. En este devenir de la mutación, en variadas franjas de la sociedad se encuentran conductas y enunciaciones que a simple vista aparecen como irracionales y carentes de sentido elemental muy propios de una “transición”; del mismo modo encontramos mentes rizomáticas brillantes en otros  ámbitos, no así en la política. Esto no es sólo un fenómeno masivo en nuestra población sino es una cuestión global.

 Afortunadamente, las personas no van en camino a transformase en intelectuales clásicos, que utilizan la mente alfabética y necesitan un volumen de tiempo” necesario” para los análisis; la información en tiempo real va suprimiendo cada vez más los volúmenes de tiempo, y su masividad simultánea no está siendo contenida ni asimilada por la lenta mente alfabética y su imagen fónica del significante. De allí surge la necesidad y el deseo, especialmente de las nuevas generaciones, de “saltear” la realidad construida según el lenguaje simbólicamente estructurado y “acampar” en las cercanías de lo que tiene existencia propia  al margen de nosotros y que a lo cual no es factible de acceder desde la representación del lenguaje (el Caos o Lo Real).

Parafraseando a Pascal, el Rizoma es algo cuyo centro está en todas partes y su periferia en ninguna. El Caos no sólo “no es representable”: tampoco es dominable. Sin embargo está constituido también, por planos de inmanencias o consistencias, y quienes se guíen por estos planos (información en tiempo real, desplome de los volúmenes de tiempo, negación del conjunto jerárquico de lugares como espacios de localización,  afirmación de los espacios atemporales, la enunciación performativa como forma de modificación, etc., etc.) estará en condiciones de ubicase mejor en el post-fordismo.

Estas categorías, que caracterizan la nueva etapa digital- civilizatoria, no pueden ser descritas a fondo en este lugar. Bástenos decir que, sin constatar la emergencia de tales planos, fenómenos como la irrupción de Milei resultan inexplicables. En algunas disciplinas encontramos ya brillantes mentes rizomáticas. Lamentablemente, no ocurre así en el ámbito de la política, donde tanto a nivel global como local sigue dominando el pensamiento arborescente.

Uno de los tópicos más frecuentados actualmente reside en la pregunta acerca de cómo un sujeto tan retrógrado como Milei y de ideas tan primitivas, puede haber irrumpido en la política argentina con tanto éxito, penetrando en los sectores sociales que resultarían a la postre los principales perjudicados por su gestión.

Es que en algunos aspectos, Milei tiene este tipo de acercamientos a la subjetividad rizomática, donde obtiene su poderosa apoyatura política. En este proceso de transición algunas personas, como el actual presidente, desarrollan en forma instantánea, una percepción que captura el “tamizado” que genera el Caos. Esta forma de conocimiento, en cierto modo análoga a la intuición bergsoniana, resulta ajena a la representación simbólica. Es parte de la nueva subjetividad, que algunos llaman mutación cognitiva.

De lo expuesto hasta ahora se desprenden dos rasgos de Milei. Utiliza cien por ciento de provecho político de la transitoriedad de la subjetividad, y lo hace no desde un análisis teórico, sino desde una percepción en tiempo real.

Si alguien hace una enunciación que se hace viral –cosa común en la actualidad- habrá miles o millones de opiniones contrarias entre sí, formando un caos en la subjetividad de los que participan, no habrá en ella un centro, ningún elemento que forma un orden jerárquico, no habrá principio ni fin y se podrá entrar en la red por cualquier lugar. Esto metafóricamente es llamado subjetividad rizomática.  Es una la crítica al pensamiento arbóreo, que sin raíz no hay tronco, sin tronco no hay ramas y así sucesivamente presenta un orden jerárquico de sus elementos. La “verdad” del pensamiento rizomático es metodológica, es cómo una resistencia permanente al pensamiento arborescente.

Algo importante a tener en cuanta. El rizoma es un agenciamiento, una relación entre sus componentes. Es un concepto no ideológico, es más amplio que los conceptos hegemónicos de A. Gramsci. No es ni bueno ni malo. Una ciudad y una villa de emergencia de Argentina,  que ambas nieguen el damero ordenado y jerárquico de una ciudad común, una es bella y otra es injusta, pero ambas son rizomáticas pues mantienen las misma relaciones internas de su diseño en contra del orden jerárquico. Una vez comprendido esto, tenemos tres elementos más para caracterizar a Milei. Por un lado Milei es el único emergente político del rizoma social argentino. El no comprende lógicamente este fenómeno, él es rizomático y establece una relación no ideológica con la población, un “match” como dicen los jóvenes. El apoyo a Milei de parte de la población argentina es porque se identifica con el perfil que dibuja en su conducta, y no porque sea de derecha. La población no se derechizó, no en este caso, se transformó en un rizoma. Esto explica que a pesar de los índices de pobreza, de indigencia, y de recesión económica camino a una depresión, tenga un 47 a 48 % de aprobación de la población.

El sexto rasgo de Milei, asombroso, es que transformó un concepto no ideológico como el rizoma en un dispositivo de dominio a la población que lo apoya anestesiando en cierta forma al conjunto de la oposición social.

Un aspecto preocupante de la transitoriedad de la subjetividad, extremadamente versátil por el grado de sensibilidad, adquiere una ambivalencia en sus valores pero no sólo en términos políticos. La Multitud contiene peligro y salvación, aquiescencia y conflicto, servilismo y libertad (Virno). La situación emotiva –en algunas franjas de la población- se manifiesta incluso con malos sentimientos, oportunismos, cinismo, desintegración social, inagotables abjuraciones, alegre sumisión. (Virno). De allí que cierto rasgos de perversidad de Milei no sean fácilmente rechazables socialmente.

Un grupo de personas –durante el fordismo- adquiría cierta homogeneidad acorde a la ubicación en la pirámide social-productiva, de allí sus rasgos de clase y de conciencia. Esto ha implosionado por la lógica digital, tanto en la ubicuidad como en su subjetividad. Estos conceptos se han desdibujado en el post-fordismo. Las condiciones materiales de existencia  han dejado de producir conciencia como antes. Ahora se ha formado un imaginario social, lugar donde se dirime la subjetividad de las personas. Si alguien desea modificar la materia social debe orientarse hacia ese lugar. El soporte electoral del macrismo en el 2015, Cambridge Analytics, analizaba los Facebook de las personas cuadra por cuadra, manzana por manzana, en Lanús (Pcia. de Bs As), pero su objeto de análisis eran los sueños, los símbolos y las imaginaciones de las personas y acorde con ellos residían las consignas políticas, el contexto material de sus vidas era algo secundario. El reportaje del mozo de Palermo, que se creía millonario, sólo es comprensible desde el mismo fenómeno: el imaginario social.      

La fase binaria de Milei, reaccionaria, de derecha, son sus planes que están destruyendo a la población. Las inconsistencias de los mismos y la oposición social, son sus únicos puntos débiles.

Del  arco político de la oposición es poco lo que se debe esperar, se encuentra hundido en el siglo XX, con sus programas homogéneos para personas heterogéneas, sus ideas estructuradas para una población rizomática, planteos sólidos a una sociedad líquida.

Daría la impresión que si se conforma un movimiento político por más amplio, honesto y preciso que sea, pero basado en una estructura conceptual de la era fordista industrial, sería vencido fácilmente por  cualquier sinvergüenza rizomático, o en su defecto se volverán a crear las mismas condiciones que nos llevaron a la actualidad.   

Imagen: APU

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