Javier Milei elige dormir con el enemigo al igual que Leopoldo Galtieri

Por LUCIANO M. CHIALVO (sociólogo)

El proyecto presidencial no oculta su subordinación al realizar una conferencia repentina a la 01 am para recibir a la jefa del comando sur de los Estados Unidos; L. Richardson para fortalecer su batalla cultural. En un horario inusual para escapar de las protestas social fueguina en donde lo combina en volver a confiar en los Estados Unidos para recuperar las Islas Malvinas como lo hizo L. Galtieri en 1982.  Reflejando la sobreactuación de la estrategia mileista ante sus reveladoras huellas de debilidades en la construcción de hegemonía política real y permanente. Sin dejar de lado sus intereses de conducción el universo ultraconservador liberal con el ropaje libertario como nueva facción de poder sin superar las contradicciones del empate social del kirchnerismo y macrismo. 

El discurso oficial padece de diversas desestabilizaciones estratégicas por medios de acciones per se, de los incidentes y accidentes de las relaciones de poder coyunturales por un lado los actores; la ansiedad del propio presidente, el juego propio de la vicepresidenta V. Villarruel, los alcances del gobernador de Buenos Aires A. Kicillof y las participaciones de los gobernadores y legisladores moderados. Y por otro, los factores de profundidad estratégica (M. Macri- C. Fernández de Kirchner) y también en específico, cual es la dirección de los vectores que disputan la previsibilidad del actual segmento sociohistóricos.  Dado a este plano, no es casual que desde el “factor asombro” emerge la aceptación de un radar para detectar información sensible espacial y oceánica en el marco de identificar oleadas opositoras; satélites chinos y submarinos rusos.

El presidente con un sector de la geopolítica occidental intenta sostener su hegemonía, por el momento aparente, para identificar sus verdaderos movimientos opositores y ocultar la ineficacia política. En un contexto económico de duda sobre la capitalización de los cereales a partir de mayo en la atmósfera agro-financiera, por ende, posibles devaluaciones previas y posteriores sin tener certezas sobre el impacto de la cosecha y sus liquidaciones. Así es como aparece un mar de dudas similares a la que tuvo M. Juárez Celman (presidente entre 1886-1890) que debió ser remplazado por C. Pellegrini vicepresidente a cargo de la presidencia entre 1890-1892) tras la revolución del parque que fue el rostro de su aislamiento político por su retórica privatista. 

En este sentido de inestabilidad aparecen las crecientes internas del liberalismo neoconservador similar durante la proscripción de J.D. Perón (entre 1955-1973). Por lo que no es inocente que se visualice otra pista del ordenamiento partidario libertario como mecanismo de neutralizar su atomización por parte de K. Milei en distrito claves como Córdoba y Ciudad de Autónomo de Buenos Aires. 

De esta manera con una aparente construcción de poder hegemónico, incertidumbre economía y reordenamiento electoral se trasparenta que no son suficientes los insumos momentáneos de la estructura oficialista. Es decir, el apoyo de la opinión pública y su victimización como operación comunicacional. Pero sobre todo las convivencias contradictorias colaborativas por parte de las facciones ideológica con impacto en sus universos sociopolíticos. Pero aquí se institucionaliza un punto de inflexión en este análisis en donde se “galtieriza” el líder del frente La Libertad Avanza (LLA) en la provocación constante a las estructuras opositoras reales, virtuales y mixtas (opo-oficialista) semejante a la famosa frase “si quieren venir que vengan, le vamos a presentar batalla” subestimando a los sistemas ideológico y político dominante.

Entre ellas aparece el universo estratégico que le brindo impulso en los últimos meses tras el empuje en el balotaje durante noviembre 2023.  Es el universo multi-macrista que se encuentra con movimientos geológicos en sus facciones de poder en donde aparece el primer filtro en mayo mediante la nueva conformación de autoridades partidarias del Propuesta Republicana Occidental (PRO). Este universo planeaba su nueva síntesis inmediata la metodología de un J. Milei condicionable por las lógicas del kirchnerismo electoral y cultural para contrarrestar su polo de poder sociopolítico convirtiéndose en el paragua de rescate y resiliencia. Pero se encuentra con un problema socio electoral que la dirección política del gobierno busca consolidarse como identidad sociopolítica con sus sedes en la inteligencia militar y juego económico con los sectores concentrados. 

La problemática se agudiza, no solo por la falta de previsibilidad en la conducción de Juntos por el Cambio (JpC) ante la ausencia de liderazgo concreto de M. Macri, sino que se apropia de la tropa dirigencial y base electoral que llevó a una fórmula del PRO ganadora en el 2015. Sin contar que se eclipsa el imaginario social “macrista del cambio” y ciertas alianzas de clases se reeducan como parte del universo ultraconservador liberal. Mientras otras se acercan a las lógicas de los bloques parlamentarios de estrategia de centro o al peronismo institucionalista, en específico de las fuerzas provinciales. 

Por el lado del universo pluri-peronismo no encuentra la praxis orgánica para la transición a una nueva estructura de gobierno de alternativa hegemónica minimizando la importancia de la generala presentándose con traje de combate en una zona estratégica de la geopolítica. De igual modo, el peronismo en sus múltiples facciones nunca tuvo de forma temprana su síntesis -operó siempre desde el factor sorpresa- pero tampoco invisibiliza su disputa de poder. A cinco meses de la salida del expresidente A. Fernández son evidentes las señales de las posturas deductivas lejos de ser las características sustanciales de poder del movimiento social más grande del país. Pero es aquí donde gravita el trabajo fino que realiza la estrategia libertaria, en la recolonización de un marco analítico que esté vinculado a la creación de las estructuras objetivas de la realidad en vez de aglutinar las demandas populares de los sectores sociales. 

Y que las facciones dominantes de este universo (peronistas pragmáticos, cristinista, institucional y vanguardistas) caigan en la fantasía objetivista de que existen heroísmo (sumamente interesados con lenguaje pasteurizado) en vez de nuevas coordenadas. En efecto, imposible ordenar innovadoras alianzas de clases (sectores socioeconómicos medios empobrecidos y sectores populares conservadores). Junto a esto, provocando el ingreso de nuevas generaciones que perforen el techo de la imputabilidad ideológica e indemnicen el nuevo proceso histórico para retroalimentar nuevos circuitos electorales y territoriales. 

A pesar de las desestabilizaciones que trascurren, la estructura oficialista siente y vive la ausencia de intendentes, gobernadores y legisladores. Solo amparado por una lucha ideológica y política por parte del aparato de gobierno que no logra superar el empate sociopolítico del kirchnerismo y el macrismo. Vale destacar, que ambos son consiente de las imprecisiones de la estrategia presidencialista, pero no quieren ser funcionales en el deterioro de la dirección social que ofrece la estrategia presidencialista ya que puede asumir alguno de los polos de poder opuesto. O bien que desembarque en las manos de un interlocutor molesto como las facciones hiper-pragmáticas encabezadas por los Diputados nacionales M.A. Pichetto y F. Randazzo o el Senador nacional M. Loustau a través de una asamblea legislativa. 

Ahora bien, se evidencian ciertos vacíos estratégico en las orbitas sociopolíticas que la gestión gubernamental aprovecha para profundizar su orientación bélica en su discurso oficialista para jugar con su capacidad de agenda legal, económica y de poder en reordenamientos. Para reconstruir el sentido común de lo político que beneficies sus lógicas de ascensos por lo que uno de sus ejes es trabajar en la militarización de los problemas sociales con los indicios en la situación de rosario y en la baja de la imputabilidad. De esta manera el presidente J. Milei acude a viejos problemas para tener las misma o peores soluciones, es así como se encuentra trunca su construcción de poder, pero sin frenos en su política económica, aunque con claras restricciones en su reproducción político social. Ya que es consciente de un diagnóstico socio ideológico contradictorio en la superficie de las facciones, pero sin empatizar con la vida socioeconómica de los argentinos, posiblemente el algoritmo le tape el bosque. 

Aunque el oficialismo convierte las derrotas en triunfo mediante sus aparatos comunicacionales, y necesita nuevamente las herramientas por medios de los lobbies internacionales adversarias a la cultura pacifica Argentina. Tiene bien en claro que su salida es eminente ante su ángulo ideológico y político limitado por incapacidad de construir hegemonía real y su dependencia por los vacíos estratégico que ofrece los universos anteriormente nombrados. Así mismo sin tener en cuenta las crisis de los oficialismos en América Latina e incompetencia de los gobiernos ultraconservadores que no logran la reelección. Y su experimento político económico al igual que la vapuleada economía de L. Galtieri con restricción del gasto público, reducción de la moneda circulante, congelamiento del salario y alto desempleo. También perjudicando a los jubilados, altos niveles de conflictividad social e inflación que contribuyeron a la decisión de ir a una guerra por las Isla Malvinas.

Así es como la junta militar desvío la atención de la opinión pública por las consecuencias de la guerra económica y de la transición democrática por una guerra política territorial frente un enemigo externo. Similar a las lógicas del actual presidente J. Milei que desarrolla una guerra, en este caso ideológica para ocultar su verdadero enfrentamiento económico sobre la masa poblacional. Por lo que lejos está de ser la casta, ya que este fue su argumento de campaña electoral en las elecciones presidenciales del 2023.  

A pesar de las inestabilidades, subestimaciones y distorsiones de las verdaderas disputas, el ajedrez político está fraccionado con un presidente que construye leyenda, mito y relato, es decir, hace historia social para una nueva subjetividad conflictiva. A través del “factor extremizacion” de las relaciones ideológicas al estilo de militarizar la política, que siempre fue un salvavidas de plomo para el pueblo argentino. Claramente aferrado a una vieja caja de herramientas interpretativa con los dogmas de la guerra fría (división territorial, inteligencia, disciplina política y persecución ideológica) y nueva de relaciones carnales sin estar en el escenario posguerra fría. Esta vinculación obscena no resulta inocente al ser unos de los 5 países que voto junto E.E.U.U. e Israel en contra de palestina, para frenar los bombardeo para la llegada de ayuda humanitaria. Además, debemos sumarle el rápido alejamiento del BRICS, el inminente veto a Huawei para participar de la red de 5G que otorgaba al país una década de despliegue de esa tecnología. 

Pero sobre todo las barreras para que empresas chinas participen en la exploración y explotación de litio atrasando circuitos de inversión, producción y trabajo. Para entregarle nuestros recursos naturales a quienes nunca han aportado al desarrollo productivo nacional. Debido a los enormes pedidos públicos y privados de L.

Richardson el año pasado, al admitir el interés de su país en la región por el litio, agua y petróleo y tierras raras.

El único objetivo de la jugadora de segunda línea en el diseño de la política exterior estadounidense es dejar bien en claro cuáles son los enemigos externos de la Argentina, no se trata de re-malvinizar. En la táctica de la Organización de Tratados del Atlántico Norte (OTAN) empujar a un país para empujar al conflicto geopolítico, así fue su plan de la ucranización de Europa para dictaminar la agenda de sus relaciones políticas e ideológica. La misma fuerza armadas que según el gesto presidencial en Ushuaia es útil para fortalecer la soberanía nacional en clave a un pacto imperial desde una base naval en conjunto con E.E.U.U.

En fin, aparece otra pista de su debilidad hegemónica en el marco de desviar la atención pública en promover la creencia de re-malvinizar la causa similar a lógicas galtierista. Con el énfasis de ganar espacio en el campo preelectoral desde el lenguaje en relación a los desafíos electorales de cara a las elecciones intermedia del 2025 tras perder día a día con el dengue y mes a mes la calle. Teniendo en cuenta, que tampoco brindan precisiones practicas con dos burbujas que pueden estallar en su primer real semestre en relación con los indicadores sociales y económicas en septiembre; como la cambiaria (L. Caputo fracasó en la búsqueda de los 15 millones para levantar el cepo). Y la fiscal (los gobernadores necesitan ingresos para dinamizar su gestión) con límite de tiempo al supuesto pacto de mayo.

Todo parece indicar que la burbuja libertaria solo puede reafirmar su imaginario político con la colaboración norteamericana en un momento de amenaza de bombardeo nuclear por parte de Irán sobre Israel y del hecho inédito en la embajada mexicana en Ecuador. Dicha burbuja necesita oxigenarse con los apoyos logísticos internacionales que no van a poner en riesgo su vínculo con Gran Bretaña en un estado de situación europeo en plena disputa. De igual modo, se presta al ser fusible de los mercados concentrados, en específico los informativos que fomentan las encuestas de opinión favorable y su supuesta reelección. 

Probablemente para desvirtuar e invisibilizar un contexto donde la objeción popular impersonal, desorganizada e invertebrada en su formación contrahegemónica- crece como contrapeso al proyecto estratégico libertario sumergidos en las mismas circunstancias que tuvo la retórica bélica galteriana. Esta inmiscuida por un falso triunfalismo mediático, cero márgenes de negociación por parte de M. Thatcher, imprevisibilidad e improvisación en la estrategia militar apocado por un super autoestima del presidente de facto. Al igual que la estrategia oficialista remplazó las palabras “rendición por evacuación y derrota por exposición” siendo todas estas causas el cuerpo de un rostro de un modelo económico, político y cultural agotado.

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