
Los dilemas del modelo exportador en el contexto de la guerra comercial entre EEUU y China
MARTIN SCHORR (Investigados principal del CONICET, Doctor en Ciencias Sociales -FLACSO-, Magíster en Sociología Económica -IDAES-, docente, autor de varios libros sobre modelo de acumulación de riqueza, sustitución de importaciones, problemática del modelo exportador, etc.)
El reciente salvataje del FMI y otros organismos internacionales al gobierno de Milei puede ser abordado desde una multiplicidad de aristas. Una de ellas es enmarcarlo en el contexto geopolítico actual.
El rescate al gobierno de Milei fue impulsado de modo ostensible por EE.UU. Sin ese apoyo fundamental, difícilmente se hubiera concretado la asistencia del FMI y las demás instituciones. Se trata de una decisión del gobierno de Trump que se asocia a la guerra económica y comercial que le ha declarado a un sinfín de países, en especial a China.
En su búsqueda denodada por no seguir perdiendo terreno frente a China en una diversidad de frentes (comerciales, financieros, industriales, científicos, tecnológicos), uno de los ejes priorizados por la administración republicana es fortalecerse a nivel del continente americano vía la reactualización del viejo principio de “América para los americanos”. Para ello es obvio que buscará por todos los medios apuntalar a gobiernos obsecuentes, como el de LLA. Máxime cuando el contexto regional se caracteriza por la vigencia de numerosos gobiernos con retórica nacional y popular (Brasil, México, Chile, Bolivia, Uruguay, Venezuela). Y también presionará para que los países de la región rompan sus lazos comerciales y financieros con China (por cierto, cada vez más estrechos).
Frente a la estrategia priorizada por lo que a todas luces es un hegemón internacional en retroceso (hace décadas), la obsecuencia del gobierno de Milei se ha venido expresando de muchas maneras. Algunas menos significativas, como los viajes recurrentes del presidente a EE.UU.; otras más estructurales, como el anuncio de que se intentará celebrar un acuerdo de libre comercio con la potencia continental.
Se trata de una apuesta que, en caso de concretarse, obviamente resultaría muy perjudicial para nuestro país: basta tener en mente los efectos sumamente deletéreos para México de su acuerdo de libre comercio con EE.UU., por caso, en materia productiva, laboral, salarial, distributiva. Y que desconoce un dato contundente: la creciente centralidad de China en el comercio exterior con los países latinoamericanos, con la mayoría de los cuales mantiene relaciones de complementariedad y no de competencia, dados los perfiles prevalecientes de especialización e inserción internacional.
Evolución de la participación de China y Estados Unidos en las exportaciones y las importaciones de algunos países de América Latina entre 2003 y 2023 (porcentajes).
Relación comercial con China
Exportaciones | Importaciones | |||||
2003 | 2013 | 2023 | 2003 | 2013 | 2023 | |
Argentina | 8,3 | 7,3 | 9,0 | 2,4 | 14,9 | 21,7 |
Bolivia | 0,7 | 2,6 | 10,7 | 5,2 | 11,8 | 21,9 |
Brasil | 6,2 | 19,8 | 30,7 | 3,2 | 17,0 | 16,5 |
Chile | 8,8 | 24,7 | 39,4 | 8,3 | 20,5 | 20,9 |
Colombia | 0,6 | 8,7 | 5,0 | 5,3 | 17,6 | 27,3 |
Ecuador | 0,2 | 2,3 | 18,2 | 8,0 | 18,1 | 20,6 |
México | 0,6 | 1,7 | 1,5 | 5,7 | 16,1 | 19,3 |
Peru | 7,5 | 15,4 | 36,0 | 7,1 | 26,6 | 20,9 |
Relación comercial con EE.UU.
Exportaciones | Importaciones | |||||
2003 | 2013 | 2023 | 2003 | 2013 | 2023 | |
Argentina | 10,5 | 5,5 | 8,5 | 7,6 | 10,6 | 12,9 |
Bolivia | 14,1 | 10,1 | 2,3 | 18,5 | 9,8 | 7,2 |
Brasil | 23,2 | 10,7 | 11,0 | 14,0 | 16,3 | 11,8 |
Chile | 17,4 | 12,7 | 15,1 | 12,7 | 20,8 | 18,1 |
Colombia | 47,1 | 31,8 | 28,4 | 31,4 | 27,9 | 32,5 |
Ecuador | 40,6 | 44,6 | 23,8 | 20,3 | 27,3 | 26,6 |
México | 87,7 | 78,8 | 79,6 | 64,1 | 49,4 | 43,2 |
Peru | 27,0 | 19,1 | 14,3 | 17,3 | 27,6 | 17,1 |
Fuente: elaboración propia en base a COMTRADE.
En cuanto a esa complementación con China en el intercambio comercial, no se debería desconocer que el mismo se asocia, en lo sustantivo, a la exportación de productos primarios y la importación de bienes industriales, con el consecuente agravamiento del carácter periférico y subdesarrollado de los países de la región.
Una revisión del comercio exterior entre Argentina y China da cuenta de modo elocuente de este señalamiento. Por ejemplo, entre las principales exportaciones argentinas a China en 2024 se cuentan: semillas y frutos oleaginosos, habas de soja, carne y despojos comestibles, cereales, grasas y aceites animales y vegetales, productos químicos inorgánicos, aceite de soja y sus fracciones, carbonatos de litio, cebada. Por su parte, entre las principales compras realizadas desde nuestro país al gigante asiático se destacan: maquinarias y equipos eléctricos y sus partes, aparatos de grabación y reproducción de imágenes y sonido, maquinarias y aparatos mecánicos, químicos orgánicos, aparatos de telefonía y comunicación, vehículos de distintos tipos (incluye motocicletas), plásticos y sus manufacturas, máquinas automáticas para tratamiento o procesamiento de datos y sus partes, instrumentos y aparatos ópticos, médicos y de medición.
En consecuencia, avanzar por cualquiera de las vías señaladas no haría más que profundizar la dependencia estructural de la región y de nuestro país. En ese sentido, es prioritario repensar las modalidades de inserción de nuestros países en la división internacional del trabajo, sin perder de vista las importantes instancias de articulación y complementación comercial, productiva, financiera, etc., existentes. Debería ser un eje fundamental de reflexión y de construcción política entre los países de América Latina.
Imagen: 8 fuente BBC.com