El zapatismo bajo ataque.

Por FEDERICO SCUDERI (periodista de revista La Chispa), desde San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

En 2021, el EZLN, (Ejército Zapatista de Liberaión Nacional) realizó la “Travesía Por la Vida”, en una embarcación denominada como el “Escuadron 421” por las diversidades de género que lo ocupaban. Esta embarcación partió hacia Europa en plena pandemia para buscar complicidades y celebrar la diferencia. Con su humor tan característico decían “Vamos a conquistar Europa” (pero ya desde 2019 las cosas en el sureste mexicano no venían muy bien).

En diciembre de ese mismo año, el EZLN publicó un documento titulado “Chiapas, al borde de la guerra civil”. Allí, se denunciaban públicamente los ataques a comunidades indígenas por parte del grupo armado político-militar ORCAO, quienes reciben dinero del gobierno (con programas como “Sembrando Vida”) para ejecutar sus acciones. Textual y específicamente denunciaron:

 “EL 11 DE SEPTIEMBRE DEL 2021, EN HORAS DE LA MAÑANA Y ENCONTRÁNDOSE LA DELEGACIÓN ZAPATISTA EN LA CIUDAD DE MÉXICO, MIEMBROS DE LA ORCAO, ORGANIZACIÓN PARAMILITAR AL SERVICIO DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE CHIAPAS, SECUESTRARON A LOS COMPAÑEROS SEBASTÍAN NUÑEZ PEREZ Y JOSÉ ANTONIO SANCHEZ JUAREZ, AUTORIDADES AUTÓNOMAS DE LA JUNTA DE BUEN GOBIERNO DE PATRIA NUEVA, CHIAPAS”.

En el mismo comunicado, expresaban que:

“ANTE LA ACCIÓN Y OMISIÓN DE LAS AUTORIDADES ESTATALES Y FEDERALES FRENTE AL CRIMEN ACTUAL Y LOS ANTERIORES, TOMAREMOS LAS MEDIDAS PERTINENTES PARA QUE SE APLIQUE LA JUSTICIA A LOS CRIMINALES DE LA ORCAO Y FUNCIONARIOS QUE LOS APADRINAN.

ES TODO. PARA OTRA OCASIÓN YA NO HABRÁ COMUNICADO. O SEA, NO HABRÁ PALABRAS, SINO HECHOS.”

Esto por supuesto que nos preocupó a todxs, porque si lxs zapatistas decidieran responder con las armas, sería el fin para muchxs, sería un cierre con difícil retorno a un proceso de paz y autonomía que vienen proponiendo hace casi 30 años. Tiempo más tarde, en marzo de este año, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, más conocido como Frayba, elaboró un extenso Informe titulado “Chiapas, un desastre. Entre la violencia criminal y la complicidad del Estado”. En dicho informe se pone de manifiesto la situación que se vive en el sureste mexicano. Militarización, desplazamiento forzado, secuestros, torturas y asesinato, entre otras, son palabras que resuenan cotidianamente, se intensifica en cada momento mientras el gobierno lo niega, lo desconoce, por lo que es totalmente cómplice. Cabe recordar que estamos hablando del gobierno de la Cuarta Transformación, según le llaman, el gobierno de izquierda y progresista de AMLO. ¿Pero por qué la guerra contra zapatistas?.

Es la idea neodesarrollista del gobierno mexicano, que impulsa políticas públicas, explotación de recursos naturales, e infraestructura en ese sentido; como el megaproyecto del mal llamado “Tren Maya”, carreteras, el gaseoducto, etc., las cuales se realizan sin tener criterio ni conciencia de los daños que generan no solo en el medio ambiente, sino la fragmentación social en las comunidades y territorios habitados ancestralmente. Además de un desconocimiento total del contexto chiapaneco, y una negación de la realidad social, política y económica.

Por supuesto que los pueblos defienden su territorio y denuncian todos estos hechos, pero son ignorados y atacados con plomo. Un espejo también de la violencia estatal y paraestatal con la que se enfrenta hoy el pueblo de Jujuy, o en territorio mapuche.

Siguiendo adelante en la cronología, durante el 2022, grupos corporativistas quemaron una Escuelita Autónoma, envenenaron el ganado, cercaron campos de cultivo, quemaron casas e incluso amenazaron la integridad de grupos de BRiCos (Brigada Civil de Observación) que se encontraban realizando tareas de documentación justamente de hechos de abusos y violaciones a los derechos humanos. Desde entonces, por cuestiones de seguridad, ya no se realizan Brigadas de Observación Civil que registren lo que sucede en el territorio (posiblemente esto también empeore las cosas).

En este momento, hay un compañero Base de Apoyo Zapatista[1] encarcelado injustamente (Manuel Gomez Vazquez), y otros compañeros con causas penales que carecen de sustento. En 2023, la ORCAO ha realizado varios ataques coordinados en al menos tres comunidades zapatistas: Emiliano Zapata, San Isidro, Moisés y Ghandi, en el municipio oficial de Ocosingo, Chiapas. Los ataques duraron varios días y se registraron al menos 800 disparos de diferentes calibres, en uno de esos ataques. El 22 de mayo, el compañero Jorge López Santiz, zapatista, fue herido gravemente por el impacto de una bala de plomo. La realidad hoy de lxs zapatistas, principalmente en el C10, pero en todos los territorios, es alarmante y preocupante, aún no sabemos cómo se va a desarrollar esta situación, por el momento, nada parece mejorar.

Mientras tanto, desde la sociedad civil organizada de México y otras partes del mundo, distintxs colectivxs, organizaciones y personalidades adhieren a la “Sexta Declaración de la Selva Lacandona” y a la “Declaración Por la Vida”. Quienes sienten la urgencia y la necesidad de denunciar estos ataques, se han organizado para realizar jornadas globales dislocadas con la consigna “ALTO A LA GUERRA CONTRA LAS COMUNIDADES ZAPATISTAS”. Una de ellas fue el 8 de junio, y la más reciente que duró del 13 al 16 de julio. Se registraron decenas de acciones en Abya Yala y otras partes del mundo y también hubo encuentros y pronunciamientos en redes sociales. Una de ellas fue la actividad organizada por Mujeres y la Sexta, y Abya Yala Rompe el Cerco, quienes organizaron un Foro sobre “Militarización en los territorios de Abya Yala. Espejos de Dignidad Frente a la Violencia Estatal”

Parece que hoy nos toca luchar desde otros lados y de otras formas, los caracoles se encuentran en un período “introspectivo”, si se quiere. Pero no están solxs. Nostrxs aquí estamos, y aquí seguimos. Lxs compas saben que a la semilla de la autonomía le toca crecer en la guerra. Pero hay convicción, están las bases. En 2024 se cumplen 30 años de la aparición visible del EZLN, y este año, se cumple 30 de su Ley Revolucionaria de Mujeres, 20 años de la creación de los caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, 10 años de la creación de las Escuelas Autónomas Zapatistas. Realmente debería ser un año de festejos, reconocimientos y encuentros, sin embargo, el mal gobierno de López Obrador, no hace más que repetir la historia del progresismo latinoamericano y empuja a los pueblos a esta crítica situación. Como ya se publicó hace unos cuantos años en el diario La Jornada. “El nuestro no es un territorio liberado ni una comuna utópica. Tampoco es el laboratorio experimental de un despropósito o el paraíso de la izquierda huérfana. Este es un territorio rebelde, en resistencia” Y así es que hoy nos toca acompañar desde aquí, entendiendo y respetando un proceso que es mucho más complejo de lo que parece y en el cual hay claramente un abajo que busca el bienestar, la dignidad, la vida, la autonomía, la defensa de la Madre Tierra, el respeto y el “mandar obedeciendo”, mientras un arriba busca extraer recursos naturales para sus negociados, desestimar las demandas, fingir que es un conflicto entre comunidades, desarrollar proyectos destructivos para la tierra, economía de monocultivo, fragmentar comunidades y abonar el crimen organizado y el paramilitarismo.

Vos fijate… de qué lado de la mecha te encontrás.

 

Para más información: dejamos algunas referencias:

https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2021/09/19/chiapas-al-borde-de-la-guerra-civil/

https://frayba.org.mx/informe-frayba-chiapas-un-desastre

https://radiozapatista.org/?page_id=37220

Imagen provista por Federico

Foto de construcción de altar maya por la paz. Actividad realizada por adherentes a la sexta declaración de la Selva Lacandona en la ciudad de San Cristóbal de las Casas.

[1] Son las personas que viven en las comunidades, es decir, no son ejército, sino compañerxs que realizan otras tareas cotidianas y que ,ocasionalmente, pueden ser Junta de Buen Gobierno.

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