Elecciones 2023 ¿Fin de ciclo?
Por CLAUDIO LOZANO (Presidente de Unidad Popular, ex diputado, ex director de Banco Nación y fundador del IPyPP).
Sobre las elecciones 2023. “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Antonio Gramsci
1) Gramsci y el fin del ciclo
La frase del pensador italiano, acuñada en relación a la emergencia del fascismo en Europa, permite evaluar los resultados del domingo 13 de Agosto precisando algunas cuestiones.
Proponemos pensar el momento político que vive la Argentina desde la idea de un FIN DE CICLO (una etapa termina y otra puede comenzar). Este tipo de contextos llevan al límite la falla estructural y constitutiva que organiza los sistemas de representación. Esta falla consiste en que toda representación, o bien todo representante, supone la ausencia de los representados. Cuando la gestión de los citados representantes no logra mejorar, o simbolizar la mejoría, de las condiciones de vida de la mayor parte de una sociedad, esto va transformando paulatinamente al sistema político en una oligarquía de representantes que no contiene en sus decisiones los intereses del conjunto (en concreto, de los representados). El agravamiento de este cuadro deslegitima el sistema de representaciones y se expresa en la creciente distancia del conjunto de la población respecto al sistema político. Esta distancia asume distintas formas produciendo diferentes efectos según los contextos históricos y sociales. Apatía, desinterés, desilusión y también bronca.
En el caso de nuestro país, el fin de ciclo remite al hecho objetivo de que han transcurrido dos gobiernos, de signo político distinto, pero que ambos han fracasado en una cuestión medular para la relación entre el sistema político y la sociedad. Llevamos ocho años de deterioro permanente en las condiciones de vida de la población. Ocho años que involucran la frustración que supuso la importante expectativa que despertara el Frente de Todos al desplazar a Macri del gobierno, y que luego no tuviera correlato en la evolución y en la situación de los ingresos de la mayor parte de la población.
Macri se fue con más del 50 % de inflación y el Gobierno de Alberto Fernández (ahora bajo gestión de Sergio Massa) transita hoy en torno al 120 %. En este contexto de aceleración inflacionaria, se extinguieron los efectos positivos que podría haber generado la evidente recuperación que vivió la economía nacional desde mediados del 2020 hasta el tercer trimestre del 2022. Recuperación que, precios mediante, coexistió con la ampliación de los niveles de desigualdad y produjo la situación que hoy tenemos: una economía que genera mayor riqueza que al final del gobierno anterior, pero con niveles superiores de pobreza e indigencia respecto a los ya altos porcentajes que caracterizaron el final de la gestión de Cambiemos.
Es esta situación de ocho años permanentes de deterioro, la que ha puesto en cuestión las dos coaliciones de mayorías que se afirmaron como ordenadores principales del sistema político que se construyera como resultado de la Crisis del 2001. Una, la coalición que se estructuró en torno al Justicialismo Kirchnerista, y otra la que se estructuró en torno a la articulación del PRO con el Radicalismo. Ambas son las que hoy aparecen cuestionadas en su capacidad de resolver los problemas de los argentinos. Cuestionamiento que ya se expresó en el 2021, cuando el deterioro vivido por la coalición gobernante no dio lugar al crecimiento de la coalición opositora al punto tal, que esta triunfó aun perdiendo votos. Ya en el 2021 el malestar de la sociedad se manifestó centralmente en el crecimiento del ausentismo. En el 2021 ya fue evidente que las dos coaliciones que habían nacido luego de la crisis del 2001, ya no eran coaliciones de mayorías.
El Cuadro 1 que presentamos a continuación permite observar la importancia que adopta el rechazo a la oferta electoral, y la acentuada fragmentación política que se vive como consecuencia de los signos de agotamiento que exhiben las Coaliciones políticas dominantes nacidas luego de la crisis del 2001. Este es el Fin de Ciclo del que estamos hablando, sin que esto tenga como definición más que la definición misma. No hay una carga de valor en el señalamiento del final de una etapa. Simplemente un intento de destacar que del mismo modo que los hechos políticos vividos en el 2001 fueron un punto de inflexión respecto a la década de los noventa y abrieron una etapa nueva, en nuestra opinión los resultados electorales del 13 de Agosto hablan de que estamos transitando un nuevo punto de inflexión.
Cuadro 1. Resultados de las PASO 2023*.
*Porcentajes respecto al padrón total.
**Ausentes en relación con la participación electoral promedio (80%).
El cuadro es elocuente respecto a la desaparición de las mayorías y a la fragmentación política existente. De hecho, la sobrerepresentación mediática del triunfo de Milei se observa al constatar que el supuesto ganador solo obtuvo el 20.1% del total del padrón electoral. A poco más de un punto del 18,9% que cosechó Juntos por el Cambio, y a menos de dos del agregado electoral de Unión Por la Patria. Más allá de lo expuesto corresponde precisar que no hay tres tercios sino cuatro cuartos, ya que la suma de los ausentes más los que votaron en blanco o los que deliberadamente anularon su voto representan casi el 15 % del padrón, a poco más de cinco puntos del agregado electoral logrado por La Libertad Avanza. Por último, si bien menor, hay casi tres millones de votantes (8,2%) que acompañaron otras opciones electorales.
2) De dónde vienen los votos de Milei
Hechos estos señalamientos podemos evaluar “de dónde vienen los votos de Milei”. El Cuadro 2 que presentamos a continuación compara los resultados de las PASO del 2023 con las PASO del 2019.
Cuadro 2. Resultados PASO 2023 vs PASO 2019.
Con solo observarlo aparece una primera definición. Si el Frente de Todos, hoy Unión por la Patria, perdió más de 20 puntos y Juntos por el Cambio poco más de tres, es evidente que la fuente dominante de los votos cosechados por Milei son votantes desencantados del Frente de Todos.
Como toda afirmación general corresponde matizarla. En principio, buena parte de los votos perdidos por el Frente de Todos, ya se habían perdido en el 2021. En los últimos dos años los votos perdidos se incrementan en poco más de 600.000 votantes. Otro matiz, es que Juntos Por el Cambio en las PASO del 2019 hizo una muy mala elección que recuperó un poco en las PASO del 2021. Por ende, en los últimos dos años fue mayor su pérdida de votantes. A la vez, si en lugar de comparar las PASO de este año con las del 2019, lo hacemos con la primera vuelta del 2019 donde el Macrismo sumó el 41 % de los votos y el Frente de Todos casi no se movió respecto a lo obtenido en las PASO, ahí la pérdida de votos de Juntos por el cambio supera los 12 puntos.
Por ende, cabe concluir que el “voto bronca o castigo” canalizado a través de aquel que
vocifera contra la “casta política” haciéndola exclusiva responsable de todos los males, es un voto heterogéneo que atraviesa de manera transversal a la sociedad y recluta votos procedentes de las dos coaliciones electorales otrora mayoritarias, pero que tiene como afluente dominante la pérdida de votos del Frente de Todos. De más está decir, que este planteo general puede mostrar diferentes situaciones en los diversos distritos.
A los efectos de profundizar esto presentamos el Cuadro 3 que agrupa por espacio ideológico las pérdidas o incrementos de votos de los tres espacios electorales en disputa provincia por provincia entre 2019 y hoy.
Cuadro 3. Los votos de Milei.
Fuente: Cenital en base a @facucruz
Como puede observarse, con la sola excepción de la Provincia de Córdoba, en todos los demás es mayor la pérdida de votos del espacio “peronista” respecto al de Cambiemos. Y por tanto esto ratifica que el espacio Libertario crece en todos los distritos robándole a las dos coaliciones pero, dominantemente, al Frente de Todos (hoy Unión por la Patria).
Los cuadros 4,5 y 6 que presentamos a continuación exhiben la implantación territorial de las tres fuerzas que disputan mostrando en qué medida la performance electoral de cada distrito estuvo por encima o por debajo del promedio nacional obtenido por cada fuerza.
Cuadro 4. Implantación territorial de la fuerza Libertad Avanza. Porcentajes de cada distrito respecto al promedio nacional.
Fuente: Cenital en base a @facucruz
Así, el Cuadro 4 muestra que en el caso de la Libertad Avanza, supera en 17 provincias el porcentaje promedio que obtiene a nivel nacional. A la vez, se observa que tiene perfomances superiores en provincias determinantes en el padrón nacional. Por caso, Mendoza, Santa Fe, Córdoba y Tucumán. A la vez, hay tres distritos importantes en el padrón nacional donde La Libertad Avanza se encuentra debajo de su promedio nacional. Son estos: CABA, Entre Ríos y Provincia de Buenos Aires. No es menor señalar que en todas ellas estaba en juego no solo la discusión de las candidaturas nacionales, sino también los gobiernos locales. En esos distritos triunfaron tanto Juntos por el Cambio como Unión por la Patria.
Cuadro 5. Implantación territorial de la fuerza Juntos por el Cambio. Porcentajes de cada distrito respecto al promedio nacional.
Fuente: Cenital en base a @facucruz
El Cuadro 5 nos muestra la implantación territorial de Juntos Para el Cambio. En este caso supera su promedio nacional en 8 provincias, siendo cinco de ellas de relevancia dentro del padrón electoral. Son: CABA, Entre Ríos, Santa Fe, Provincia de Buenos Aires y Mendoza. A la vez, hay dos provincias importantes por su peso en el padrón electoral nacional donde Junto por el Cambio obtiene porcentajes electorales inferiores a su promedio nacional. Se trata de Córdoba y Tucumán.
Cuadro 6. Implantación territorial de la fuerza Unión por la Patria. Porcentajes de cada distrito respecto al promedio nacional.
Fuente: Cenital en base a @facucruz
El Cuadro 6 muestra lo mismo que los anteriores pero para la performance de Unión Por la Patria. En este caso, UxP supera su promedio en 7 provincias y tres de ellas son centrales en el padrón electoral nacional. Son estas: Provincia de Buenos Aires, Tucumán y Entre Ríos. A la vez, CABA, Santa Fe, Mendoza y Córdoba, los cuatro importantes distritos electorales, evidencian resultados de UxP inferiores a su promedio nacional. Como último comentario, señalamos que La Libertad Avanza realiza su mejor elección en Salta y la peor en CABA. A la vez, Juntos x el Cambio obtiene su mejor performance en CABA y la peor en Santiago del Estero. Unión x la Patria tiene su mejor elección en Santiago del Estero y la peor en Córdoba.
Lo expuesto hasta aquí permite también hacer una reflexión respecto a la importancia o no de las estructuras territoriales (vulgarmente denominadas aparatos) que, según varias interpretaciones, habrían sido superadas por el fenómeno Milei. En este sentido, corresponde señalar que en aquellos casos donde estaban en juego los gobiernos provinciales fueron casualmente los distritos donde La Libertad Avanza no triunfó. Ya señalamos los casos de Provincia de Buenos Aires, CABA y Entre Ríos donde triunfaron Juntos por el Cambio y Unión Por la Patria. A la vez, incluso hubo casos donde al discutirse los gobiernos locales, si bien Milei puede aparecer como el candidato más votado, la gobernación queda en manos de otra fuerza (por ejemplo, Santa Cruz).
La conclusión, por lo tanto, no habla de que las estructuras territoriales fueron superadas por el fenómeno Milei. Más bien lo que muestra es que en aquellos casos en que las estructuras territoriales no estaban en discusión, ya que su suerte se había resuelto en las elecciones provinciales (18 provincias adelantaron su elección respecto a la nacional), esto le facilitó el camino a la performance electoral de Milei y La Libertad Avanza.
Otro aspecto que permite profundizar este punto son los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires y lo ocurrido en las elecciones a intendentes de la citada provincia. El Cuadro 7 que presentamos a continuación es elocuente al evidenciar que en solo tres distritos los votos a Presidente obtenidos por Unión por la Patria están por encima de los obtenidos en la categoría de intendente. Solo ocurre en Merlo, San Miguel y en San Isidro. En todos los demás, en la gran mayoría, los porcentajes obtenidos por UxP en la categoría de Intendente superan con creces los votos obtenidos para Presidente. Casos como Avellaneda (10 puntos más), Berazategui (casi 12 puntos más), Moreno (12 puntos más) o San Fernando, Tigre y San Vicente (20 puntos, 19 puntos y más de 23 puntos respectivamente). Si observamos los promedios que se obtienen en la categoría a Presidente, a Gobernador y a Intendente en el Cuadro que presentamos, las diferencias revelan que las estructuras territoriales siguen teniendo una importancia significativa. Parece importante señalar también que parte de estas diferencias remiten a la habilitación del voto de los migrantes en el caso de los gobiernos locales, y no para la categoría presidencial.
Cuadro 7. Resultados electorales en las intendencias de la Provincia de Buenos Aires.
3) La situación institucional
Otro punto de importancia a destacar es la amenaza que se cierne sobre la situación institucional de mantenerse en la primera vuelta los resultados que se dieron en las PASO. De ocurrir esto, Milei obtendría 8 Senadores Nacionales y 40 diputados. Esto, sumado a la bancada que tendría Juntos Por el Cambio (la mentada colaboración legislativa de la que habló rápidamente Macri) permitiría que sectores claramente representativos del poder económico local y del capital financiero internacional tuviesen mayoría clara y por tanto quórum propio en la Cámara de Diputados con 140 legisladores. Si a esto le agregamos el espacio conservador asociado en parte a la estructura del PJ y específicamente a varios gobiernos provinciales, los distintos representantes del poder vigente estarían incluso cerca de poder alcanzar los dos tercios de las bancas para la discusión de legislaciones especiales.
Lo expuesto estaría indicando que esta Argentina, con prácticamente el 60 por ciento de su población que no llega a fin de mes, con 41 por ciento de pobres y con un 10 por ciento de indigentes, una Argentina fuertemente deteriorada en lo que hace a su cuadro social y a la precariedad que atraviesa, en diferentes aspectos, a la mayor parte de la sociedad, coexistiría con una institucionalidad fuertemente conservadora donde la prioridad en la agenda de las problemáticas sociales nunca ocuparía un lugar de relevancia. Es más, la perspectiva de unificación cambiaria o el camino a la dolarización, profundización del ajuste fiscal en curso y redefinición regresiva de las relaciones laborales no harían más que agravar el cuadro existente al tiempo que confrontarían un cuadro social de demandas exacerbadas con una institucionalidad con baja capacidad para procesarlas con cierta legitimidad. El escenario de crisis e inestabilidad institucional es el futuro que percibimos de no alterarse el ordenamiento electoral planteado por las PASO.
4) Las PASO aún no definieron nada
Nada se ha resuelto aún. Es por eso que resulta profundamente tergiversador el comportamiento dominante del sistema de medios que pareciera dar por sentadas tendencias y predominios que, en todo caso, son conjeturas frente a un panorama de absoluta paridad que, por otra parte, cuando se ordena según candidaturas presidenciales, muestra primero a Milei, segundo a Massa y última a Patricia Bullrich. En todo caso, los resultados de las PASO deberían actuar como un ALERTA frente a la amenaza de que puedan darse resultados que permitan la conformación de una coyuntura política donde se puedan perforar, aún más, los pisos de convivencia social en la Argentina. Es frente a esto que resultan inentendibles las primeras medidas impulsadas por el Ministro-Candidato Massa de producir un salto devaluatorio del 22% que sumado a las microdevaluaciones previas acumula un 30% en Agosto. Salto devaluatorio que, sumado al aumento en las tasas de interés con el objeto de garantizar un rendimiento financiero anual del 209%, no hace más que inyectarle nafta al proceso inflacionario afectando nuevamente los ingresos de la mayor parte de la población, al tiempo que profundiza las ya evidentes tendencias recesivas que muestra la actividad económica. Más aún, los anuncios de recomposición salarial y de programas sociales, o la mejora en las jubilaciones, se siguen postergando a la espera del retorno del Ministro de los
EE.UU. y dando la pésima imagen de que todas esas definiciones requieren de la autorización del organismo a la espera de que el mismo otorgue los fondos de nueva deuda que será utilizada para pagar la deuda anterior.
¿Cómo puede explicarse que frente a resultados electorales que, tanto en el rechazo a la oferta electoral como en el voto castigo a Milei, están reflejando el descontento de votantes del frente de Todos, la decisión inmediata haya sido la devaluación y la subordinación expresa al FMI? Cuando los resultados electorales y la figura de Milei produjo temor y preocupación incluso en amplios círculos del poder, es evidente que se abrían objetivamente condiciones para tensionar la relación política de subordinación al establishment, por una que otorgara más margen para plantear otro conjunto de políticas de cara a las necesidades electorales de la primera vuelta de Octubre. ¿No era el momento de priorizar el anuncio de políticas más potentes en materia de ingresos? ¿De plantear incluso el compromiso futuro con una agenda potente de distribución de los ingresos y una relación diferente con el FMI? ¿De poner la convocatoria electoral en función de esos objetivos?
Es difícil pensar una recuperación electoral significativa, si no se revisan criterios que han sido letales durante la gestión del gobierno del Frente de Todos, así como también en la propia conformación de Unión Por la Patria y en la definición de su candidato a Presidente.
En esta experiencia del Frente de Todos (hoy Unión por la Patria) ha fracasado esa idea de que la gobernabilidad depende exclusivamente de la relación armónica con el establishment. Idea que, al excluir la necesidad de plantear estrategias de conflicto en defensa de la construcción de consenso sobre las políticas gubernamentales, obtura el avance de acciones transformadoras. Si la construcción de la gobernabilidad no incluye como clave fundamental la construcción de consensos amplios, rápidamente esta se transforma en una gobernabilidad conservadora. En el mismo sentido, la permanente remisión a una concepción estática de la relación de fuerzas como condición para avanzar en cambios de mayor profundidad, llevan inmediatamente a la paralización política. Se pierde de vista que el sistema institucional puede legalizar mecanismos de intervención política que mejoren sustancialmente la relación de fuerzas en favor de las grandes mayorías.
Es imposible confrontar con los paladines del ajuste si lo único que caracteriza a la política gubernamental es el ajuste fiscal, cambiario y monetario. Es imposible plantear los desacuerdos con el FMI cuando no se hace otra cosa que evidenciar la sujeción de las definiciones políticas locales a los dictados del organismo internacional. Es difícil, si no imposible, confrontar con los rostros salvajes del poder constituido, con candidatos cuya articulación social dominante son los mismos poderes fácticos que amenazan la convivencia social.
En suma, el momento que transitamos es de profunda dificultad porque las decisiones que tomó el dispositivo de poder que condujo el Frente de Todos y que organizó UxP no hicieron más que conducirnos a esta situación. Es más, hasta ahora no se ha evidenciado reacción alguna que permita avizorar una perspectiva distinta. El momento requiere tomar distancia de lo actuado hasta aquí para plantear dos gestos muy concretos:
- Promover una estrategia de recomposición de ingresos importante en un contexto de congelamiento de precios que incluya retrotraer los aumentos resultantes del último salto cambiario. Anuncios que deben ir asociados a la presentación de un compromiso futuro con una agenda potente de redistribución de los ingresos que se aparte de la receta clásica asociada a los trabajadores formales y a la recomposición de los planes, para abordar el conjunto de los problemas de los trabajadores argentinos. La necesidad de una estrategia de Ingreso Básico Universal para todos aquellos que padecen la precariedad y la inseguridad en materia de ingresos y que representan el 49% de la población trabajadora. La necesidad de poner en marcha un Programa Universal de Empleo Garantizado que asuma la magnitud real de trabajadores que transitan por el autoempleo o la economía popular. La necesidad de terminar con la sobrejornada laboral y de discutir la renta tecnológica en las principales empresas del país, son algunas claves para responder a la heterogeneidad que hoy exhibe el mundo laboral.
- Convocar a un movimiento amplio de actores sociales, políticos y culturales, comprometidos con la necesidad de terminar con la pobreza, cancelar el acuerdo con el FMI y construir un nuevo modelo productivo que se aparte de la idea vigente de una salida exportadora, que, sobreexplotando naturaleza, asume el pago de la deuda como objetivo excluyente e
Sin nuevos gestos políticos y económicos concretos, que en la práctica evidencien que se toma distancia con lo que es el rumbo actual para avanzar hacia un futuro distinto, si la mirada supone convocar a Larreta, Morales, Pichetto y Carrió, bajo el supuesto paraguas de la Unidad Nacional y la defensa de la institucionalidad, si se olvida que la salida es interpelar a quienes no votaron o lo hicieron por bronca frente a la estafa política que viven hace casi una década padeciendo el deterioro permanente de sus condiciones de vida, difícilmente habrá más votos. Solo con nuevos gestos, habrá posibilidad de nuevos votantes.